Lugares de Interés


Introducción

La zona urbana cuenta con calles estrechas y sombradas, donde alternan casas antiguas con construcciones de moderna planta.

Destaca la arquitectura popular hurdana en pizarra de la zona de los Corrales, el puente del río de los Ángeles, el molino de aceite y el Pontón del arroyo de los Corrales.

En cuestiones medioambientales, cabe mencionar los Canchales del Parral y la Buitrera, donde anidan la cigüeña negra, el alimoche, el águila real y el buitre leonado, así como las chorreras de La Buitrera, El Parral y Aralpino. Los arroyos de montaña (Aralpino o arroyo Alpino, Nebral o Enebral, Sereái o Heredades, Buitrera, Parral y Rocasa) cuentan con pequeñas cascadas y charcos de agua clara dignos de contemplar. Por sus márgenes crecen el acebo, el durillo, el enebro, el brezo, el jaguarzo, la jara y el madroño. Entre el matorral de la serranía se crían el jabalí, el zorro, el gato montés y la gineta.

El río de los Ángeles cuenta con estupendas zonas de baño en charcos como el  Begón, la Vaera y el Fresno, siendo la mejor la estupenda piscina natural del paraje del Puente. En sus orillas anida el martín pescador y crecen frondosas hileras de alisos y algunos sauces. No es raro ver cómo cazan en sus pozas las bellas nutrias.

A pesar de pasadas plagas de incendios, la serranía y el valle cuentan con bellos pinares y feraces huertos.

Existe también un albergue juvenil que depende de la Junta de Extremadura, adecuado en lo que fuera antigua escuela mixta construida durante la II República.

También dispone la alquería de campo de fútbol y pista de fútbol sala.

De Sauceda recomendamos la visita de los distintos vestigios prehistóricos que se encuentran en su término, tanto grabados como petroglifos, también su parte más antigua, en donde encontramos construcciones típicas de la comarca y su pequeña ermita.

La comarca de las Hurdes ofrece una gran diversidad de experiencias y actividades para todos los gustos, pero sobre todo hará las delicias de los apasionados del ecoturismo, turismo natural y turismo rural.

 

- Ciclismo y cicloturismo: La abundante vegetación de Las Hurdes, las innumerables pistas y el atractivo relieve convierten la zona en ideal para las rutas en bicicleta, y la práctica de otros deportes al aire libre.

 

- Senderismo: El gran número de rutas perfectamente señalizadas por la Comarca de Las Hurdes, junto con los paisajes inigualables, convierten los paseos informales y las rutas de senderismo por Las Hurdes en una vivencia de plena conexión con la naturaleza.

 

- Pesca: Los amantes de la pesca deportiva, pueden disfrutar de su deporte favorito en el río Alagón.

 

- Esquí: La cercana estación de esquí de La Covatilla asegura kilómetros esquiables de diversión a raudales en la Sierra de Gredos..


Principales rutas y cascadas en Las Hurdes

Entre las diversas rutas disponibles para la práctica del senderismo cabe destacar. (Pincha en el texto subrayado):


Mapa de los principales saltos de agua en Las Hurdes

(Pincha en la imagen)



Petroglifos

Petroglifos en Las Hurdes

Nuestros prehistóricos antepasados han dejado su huella en los entornos del pueblo. Puede hablarse de un auténtico complejo petrogífico de grabados rupestres al aire libre, ejecutados mediante las técnicas del piqueteado y la incisión en surco, cuyos prioncipales paneles se encuentran a unos tres kilómetros de la población, en los parajes del regato del Chorrero (El Riscal), camino del olivar de la Sereái (Las Herraduras), cortafuegos de la Collada de Matacabra (arrasado por las máquinas de cadena) y regato de las Pimpollosas (dos paneles, uno de ellos el más rico en motivos). Su cronología abarca desde el Bronce Final hasta la romanización, según doctores de Universidad de Salamanca como Mª Carmen Sevillano Sanjosé, Julián Bécares, Luis Benito del Rey y Ramón Grande del Brío, que han publicado estudios sobre los petroglifos hurdanos. En el paraje de La Cancharra, cerca de la la confluencia de los arroyos del Nebral y Sereái, se conservan restos de un enterramiento aislado de carácter dolménico, donde puede apreciarse la cámara delimitada por unas cuantas de lajas clavadas verticalmente. Indicios de otro enterramiento aíslado pueden apreciarse en la Collada de las Calabaceras, en un altozano entre los arroyos de Aralpino y Escogosa. Posible necrópolis se ubica en paraje de Juntano, justo por encima de la pista forestal. Restos de posibles construcciones redondas de hace unos dos mil años pueden observarse en los parajes de Las Llanás y El Barrial. Frente a la alquería aun son apreciables los restos del legendario Canal de los Moros, que iba desde la fuente de la Espigajera (Ovejuela) hasta Granadilla y que fue construido por el cadí moro de Casar de Palomero como condición necesaria para que pudiera casarse con la bella hija del adelantado cristiano de la villa de Granada, actual Granadilla, en los oscuros tiempos medievales.

Petroglifos en Sauceda

Los petroglifos que se hallan en Sauceda son: El Riscal y Las Herraduras, junto con el de Pimpollosa II y III recientemente descubierto: 

- El Riscal:

Se encuentra dentro del término de Sauceda, sobre el margen izquierda del Arroyo de las "Hereais", próximo a su cabecera y a media altura de la ladera, por encima de la pista que da acceso a los cultivos de olivos existentes en la zona y al borde de una vereda hoy en desuso.

En la superficie de esta roca, de reducidas dimensiones, se pueden apreciar varios trazos rectos, realizado mediante incisión de surco en V, que se entrecruzan formado motivos rectangulares o triangulares También aparecen otra serie de motivos realizado mediante picoteado y surco en U, de los que destacan dos herraduras, a las que acompañan varias alineaciones de picoteados discontinuos de menor tamaño, un par de motivos con aspecto de letras pero de difícil interpretación, y por último una figura en forma de cruz con los extremos doblados a modo de cayado, pero que en este caso está realizada con un picoteado puntiforme, mientras que en el resto de los motivos se realizó mediante un instrumento de filo estrecho pero lineal.

También se aprecia un corto número de pequeñas cazoletas realizadas por abrasión.

- Las Herraduras:

Esta localizado a bastante altura sobre la margen izquierda del arroyo "La Sereais", a uno o dos kilómetros al nornoroeste de Sauceda en línea recta, sobre un resalte de rocas bien visible, que queda a la derecha de la pista que lleva hasta la cabecera del arroyo, y al pie también de la vieja vereda que seguía esta misma dirección.

Su contenido se distribuye entre varios lisos contiguos de la roca, en los que se puede reconocer múltiples representaciones de herraduras, junto con algún trazo más ángulos y un motivo que puede interpretarse como una figura humana con los brazos y piernas extendidos en cruz, un amplio círculo para la cabeza, y el tronco prolongándose ampliamente en el falo.

Todo este conjunto esta realizado mediante un picoteado que produce un amplio surco en U, no muy profundo, para lo que han utilizado un instrumento de filo estrecho pero lineal.

- Pimpollosa II y III:

Para llegar a esto petroglifos, situados en la alquería de Sauceda, se toma la pista forestal que sale del puente del río de Sauceda y sube a la portilla del Nebral de Arriba, donde se bifurca en dos ramales. Se toma primero el de la derecha, para después seguir, unos 50 o 60 metros más arriba, por el desvío de la izquierda, que conduce a la Sereai. Siguiendo la misma pista forestal un por de km, se toma aun desvío a la izquierda, en dirección descendente, y una vez pasado el primer regato, no encontramos con el primer doble panel de Pimpollosa II, amplio y liso, a unos 100 metros por encima del camino forestal. Siguiendo 200 o 300 metros por la misma pista llegamos a otro regato que sirve de linde al olivar. Justo antes del olivar y por encima de la pista, como a 50 metros, se halla el otro panel, el de Pimpollosa III.

El primer petroglifo, Pimpollosa II, consta de dos paneles separados por un pequeño resalte de la pizarra en su zona central. En el de la parte sur, aparece un entramado de caminos trazados a base de pequeñas cazoletas, realizados mediante la técnica del piqueteado, que conducen a unos trazados o retículas rectangulares incisas, que podrían interpretarse como huertos o terrenos; así como un entramado de incisiones en surco, algunas de las cuales aprovechan los surcos naturales de la pizarra, pudiendo apreciarse algunas figuras antropomorfas de rasgos femeninos, enlazadas entre sí como las piezas de un puzzle.

En el de la parte norte, aparecen un riqueza inusual de motivos, que no se da en ningún otro petroglifo de la comarca. Destacan dos círculos concéntricos unidos por una docena de radios, realizados por incisión de surcos en V, lo que hace pensar que se trata de un reloj de sol más que de una rueda, único entre las inculturas rupestres de Las Hurdes; el trazado de unas líneas incisas que coinciden,a grandes rasgos, con los arroyos y regatos circundantes; varias retículas rectangulares incisas y grandes, con divisiones de forma de paralelogramos que parecen los planos de la división de los terrenos entre miembros de alguna tribu o quizás los planos de alguna vivienda; una herradura realizada por piqueteado que parece a medio terminar; dos escaleriformes incisos, entre los cuales aparecen otra serie de trazo en forma de pequeños e irregulares cuadriláteros, así como una inscripción con caracteres alfabéticos; más trazados de caminos a base de diminutas cazoletas y unos pequeños signos incisos que parecen trazados alfabéticos de letras, quizá alguna inscripción en caracteres celtibéricos autóctonos (vetones o cempsos); y lo que es más sorprendente e inusual, unos seis renglones claramente definidos en raros caracteres alfabéticos, algunos de los cuales muestran un más que evidente parecido con inscripciones alfabéticas líbico-bereberes.

El segundo petroglifo o Pimpollosa III aparece en la superficie lisa de unos canchos erizados. Aparece un único reticulado de trazos realizados por medio de la técnica de incisión de surco en V o repasado mediante un objeto punzante, que a veces aprovecha las grietas naturales del superficie de la roca. Pueden distinguirse una especie de guerreo y algunas flechas entre los trazos, armas usadas a partir de la incrusión de los celtas. Quizá dentro del trazado aparezca solapada la representación esquemática de algún guerrero o antropomorfo.

Petroglifo de Pimpollosa II y III


Petroglifo "Las Herraduras"


· Petroglifo "El Riscal"



Meandros

La comarca de Las Hurdes presenta una particular fisonomía condicionada por los materiales geológicos que componen el sustrato por el que discurren los principales río de la zona: Ladrillar, Malvellido, Hurdano y de los Ángeles . Estos cauces, a su paso por Las Hurdes, dan como resultado un intrincado paisaje definido por estrechos, profundos y sinuosos valles, dándose como fenómeno más atractivo el desarrollo de meandros.

· Meandro del Melero:

El Meandro del Melero es uno de los más atractivos y singulares de la comarca que cuenta con un hermoso mirador (la panorámica desde aquí es una de las más bellas de Extremadura) es el que se sitúa a unos tres kilómetros de Riomalo de Abajo, casi formando limite con Salamanca, siendo esta vez las agua del río Alagón las que nos brinda esta formación tan bella como original.

· Meandro del río Malvellido:

Un poco más adelante y hacia El Gasco, esta vez hacia el río Malvellido, podemos observar desde algunos miradores los bellos meandros que se encuentran a la altura de Cottolengo entre Cerezal y Martilandrón. Antes de llegar a El Gasco aún podemos disfrutar desde otro mirado tres atractivas curvas del río Malvellido, también a una considerable altura.

· Meandro del río Ladrillar:

Desde Casares de Hurdes hasta Riomalo de Arriba y Las Mestas, el río Ladrillar nos obsequia con un buen número de meandros observables desde varios puntos.


Fotos